Dos cargueros de 50 metros de eslora hundidos en 1995 a profundidades entre -21 y -16 metros ofrecen al buceador la ocasión de experimentar las sensaciones únicas de asomarse a la historia mientras nos rodean nubes de peces que encuentran en estas estructuras su albergue ideal. Podremos adentrarnos en el puente y la cubierta escoltados por infinidad de castañuelas, y observar cómo los sargos invaden los huecos mientras los espirógrafos y nudibranquios se asientan discretos en el casco.
Imagen del recurso cedida por: Centro de Buceo Costa Palancia